Relaciones Básicas y una aproximación a sus consecuencias
Entres los humanos existen intercambios. La variedad de estos es amplia, consideremos a algunos de ellos: comunicación, filiación, compromiso, moral, trabajo, etc. Estos intercambios, como ha de inferirse correctamente, supone dos individuos o más. A partir de ello, vamos a denominar, en el conjunto de intercambios, a relaciones básicas como aquellas que se forman entre dos individuos. Y denominaremos relaciones complejas a aquellas que son entramados en direcciones màs diversas y que suponen la participación de más de dos individuos. Ahora bien, a partir del conjunto de proposiciones que hemos situado, es que señalaremos a una consecuencia que muchas veces se elude por distintas razones pero que atañe directamente al comportamiento de los integrantes en las relaciones básicas, muy ceñido al patrón de estas relaciones también se puede observar efectos semejantes en la otra clase de relaciones. La consecuencia es de sentido axiologico, es decir, en términos siemples, de valor. Los integrantes en una relaciòn A-B (básica) se valorizan mutuamente; sin embargo, de aquí se desprende la consecuencia que ahora nos interesa: los integrantes valoran las acciones que mutuamente realizan con el fin de esperar una interacción de parte del integrante que ha recibido; en otras palabras, la contribución de un integrante a la perfomance de la relación.
Tal consecuencia es muy importante porque es el factor desencadenante de las posteriores que ya pasan a un grado no en rigor de valor, sino que pasa al afecto. En el principio, al inicio de una relación básica, las personas valorizan las acciones y se valorizan entre ellos por un carácter cultural y social: normas de la comunidad. La comunidad es aquel elemento de la sociedad que contiene a familias encontradas en, mayormente, relaciones complejas que refieren a una ubicación común, lenguaje común, procedencia común. Por implícito existen tales normas, solo se concretan a base del ejemplo. Cada personas de edad mayor brinda a los jovenes un número de normas a base de ejemplos. Solo cuando hay faltas de estos segundos miembros, los jovenes, algunas normas se hacen patentes, pero solo en salvaguarda del buen comportamiento del jóven y, la idea màs reconocida por los miembros de la comunidad, su educaciòn. Después, entre los miembros mayores se van presentar comentarios, ¿verdad?: "Fulanito el hijo de fulanaso es un chico muy educado; aparte de darme los Buenos Días me ha ayudado con los bolsos del supermercado"; "Ay, Hija, te cuento, que a Mengana la he visto con unos arranques en la puerta de su casa con un muchacho; que vergüenza, Hija. Tú que vives cerca de Menganasa anda adviertele acerca de eso, malcriada ésta chiquita; ¡ay! ¡ hubieras visto también hasta dónde tenía la falda de colegio!". Ya que hemos visto con bastante detinimiento el primer grado de valor (valores de la comunidad), podemos entender que los postulantes a integrantes de una relación se encuentren y hagan efecto estos primeros valores. Sin embargo, muchas veces el duramiento de estos primeros valores es breve; pues, los postulantes, a ser integrantes, tienen la intención de consolidar una relación fija. Se advierte entonces que los valores de primer grado no solo son los povistos por la comunidad, y sociedad en amplio rango; sino que entra a calar aquí valores del tipo psicológico.
En ciertas ocasiones los valores de primer grado acogen a otros valores que podìan ser de grados superiores. Tal es el caso de los valores psicológicos. Vamos a acercarnos a estos valores. Antes de siquiera entablar algunas comunicaciòn, que es la forma más legítima de anunciar el deseo de comenzar un relación, los individuos se perciben. Y tal percepción, en términos coloquiales, más entra por los ojos que por otro lado. Entonces, en la aprehensión de la realidad, los individuos hacen de jueces los cuales se aprueban o desaprueban; es decir dan valor. Pero, en individuos que tienen intereses más sofisticados la percepción encunciada coloquialmente no va tener mucho efecto. Y es ahí donde, los valores dejan el primer grado para pasar a grados superiores. Estos grados no los vamos a jerarquizar porque es muy peligroso hacerlo, ya que la relatividad es acrecentada y no obedece ya a un promedio de relaciones básicas.
En derivación del anterior párrafo, los valores de grado superior toman significado en la relación. Tanto las demás percepciones por los demás sentidos van asegurar un conglomerado de hilos culturales. Esto, claro está, es porterior a la valoración primaria. La comunicación oral es elemental en tales valoraciones superiores. El conocimiento mutuo de los integrantes permite que los valores se vayan suscitando a lo largo de sus entrevistas. Con ello, entran a calar, finalmente, los valores que van a ser única la relación (no es objetivo de una relación hacerse única, pero si es una contingencia viable; evidentemente, esto ya es relativo a los integrantes) y que ya hemos anunciado con propiedad en uno de los primeros párrafos: valores que obedecen al afecto.
El afecto, pues, es lo que da a lugar a las relaciones de amistad y a, en el orden superior de integrantes extraños en cuanto a filiación, la relación amorosa (veáse el ensayo anterior Una Alegría, Una Pena). Las valoraciones entran en formatos relativos y alternan sus consideraciones en un terreno meramente subjetivo. Los sentimientos empiezan a involucrarse entre los afectos. Los integrantes se correponden en direcciones directas; en consecuencia la distancia y el trato se hace especial, cercano. Entonces la consecuencia en los intercambios de esta relaciòn, son menos comunes que hasta en las relaciones complejas.
Hasta este punto podemos, después de revisar el territorio intrincado por la relatividad, delimitar los principales valores –o formas de interacción– en una relación básica determinada. Existe una duda que desarrollaremos posteriormente, muchas veces suscita (afirmación hecha antes) los acuerdos y los conflictos: ¿Hasta qué punto llega la correspondencia entre las valoraciones, los afectos de los integrantes de una relación básica? ¿Tal correspondencia se vuelve una necesidad inevitable y exclusiva de los miembros participantes de la relación? Las relaciones básicas se encuentra involucradas en la sociedad; por lo tanto, la relación básica está relacionada, a sì misma, con relaciones complejas y básicas a la vez. ¿Cuál es el margen que permite la correpondencia entre los dos integrantes?, y por ùltimo, ¿LLegara alguna vez el desacuerdo y la intolerancia de parte de uno o los dos miembros por esa influencia inexorable de las demás relaciones? Para abordar estas dudas a modo de conclusión de este manifiesto, se tiene que considerar el riesgo de toda relación: su final a causa de la influencia de las demás relaciones.
Coincidencias? Bueno, dejémoslas de lado.
Tus ensayos acerca de las relaciones humanas se enmarcan dentro de la influencia de las relaciones complejas que abarcan,o que son un antecedente, de las relaciones básicas afectuosas. Me parece importante que hayas remarcado lo más evidente, aunque no siempre perceptible por todos, dentro de una interacciòn humana: la regla de reciprocidad en ella. Es cierto, pues, que la comunidad, especialmente la cultura que la define como tal, construye también nuestras expectativas y correspondencias cuando se trata de relaciones básicas y complejas, lo que constituye un fudamento para institucionalizar a las interacciones humanas dentro de nuestra cultura para poder darles el enfoque que acabas de elaborar.
Acerca de todas tus preguntas, es importante remarcar que consideras el nivel meso y macro de las relaciones, pero dejas un poco (por no decir bastante) el nivel micro de estas interacciones, es decir, el enfoque de la pareja misma (más claro, las perspectivas de cada individuo) y si es que esa intolerancia que manifiestas a modo de pregunta es una repercusión directa de la influencia de otras relaciones colindantes. Es pues, bastante difícil hacerlo, puesto que el enfoque psicológico respecto de esta área es bastante variado, sin embargo, puede que este enfonque sea determinante dentro de causa que determina el término de cualquier relación, siendo este caso un realción basica afectuosa.
A pesar de todo, no difiero completamente de tu punto de vista, aunque sí aplico algunas condiciones a lo que has manifestado. Espero por mi lugar tu visita.
Lo que sucede, para responder a tu comentario, es que no se puede hablar tanto del enfoque de la pareja misma ¿Por qué? es muy relativo, apoyándome en lo que señale en el manifiesto. Cada uno de los integrantes posee una perspectiva muy íntima. Solo puedo analizar a partir de sus efectos y contraefectos como pareja en sí, sin desligarlos de esa uníon, de esa relación. De ahí, que la consideración, aludiendo a tu denominación, un nivel MICRO sería muy escabroso.
Psicológicamente tampoco se puede asir del todo ese nivel MICRO. Dado a que los psicologos parten como todo científico al planteamiento de una hipotesis, luego la experimentación y el planteamiento de la teoría. Sien embargo, este proceso, o procedimiento científico, tienen deudas con la complejidad inaudita de los individuos (así como de las culturas a los que ellos pertenecen). Me alegro que hayas reconocido que es peliagudo hasta el hartazgo tratar de recolver las preguntas. Pero es de mi agrado mencionar que esas preguntas son resolvibles; no con un análisi psicológico. Yo diría que voy encarar las dudas con un análisis sociológico. Solo si parto de la colectividad podre recaudar los efectos y acciones de las relaciones, así voy lograr una teoría que sí logre su sustento con solo darnos de bruces con la sociedad –ese es otro punto: mi manifiesto solo tiene como alcance la sociedad occidental.
Recuerda esa parte del texto: "hay una duda que resolveremos posteriormente". Sí, efectivamente, a ese ensayo le sigue otro. Ya lo leerás cuando lo publique. Gracias por la encarecida lectura; ¡Ah! Y es extraño pero no puedo acceder a tu página. Voy si puedo arreglarlo; de lo contrario, me temo que lo podrías arreglarlo tú.
Sí estoy al tanto de que la perspectiva personal de los integrantes de la relación a la cual nos enfocamos puede resultar complicada y hasta erronea al analizarla. Me parece muy asertado de tu parte que coges la perspectiva sociológica para guiarte en tus ensayos, sabes que me identifico más con esta parte de las ciencias sociales, pero sí te digo que en ese enfoque también puedes darle una mirada a esa parte "escabrosa" de la que no quisieras sacar conclusiones, pq es muy arriesgado, y en eso te secundo. Es, sin embargo, muy problable que con el enfoque sociológico saques, no conclusiones, sino aproximaciones al problema, lo cual complementaria el otro nivel que le das a este asunto, el de las colectividades de la sociedad occidental. Esto sería de mucha ayuda, ciertamente.
Ten en cuenta, pues, que cualquier teoría que saques con el enfoque sociológico (igual que con cualquier otro enfonque científico) puede quedar corto al tratarse de relaciones humanas: ninguna de las ramas de las ciencias sociales ha logrado aún definir nada concreto, por lo que cualquier intento de nuestra parte tan solo será utilizado como referencia para complementar lo ya descubierto. Espero pues, lograr ver el final de este intento, vale la pena, eso dalo por hecho.
Irresponsable, leí ambos ensayos. Quizás el único problema que exista realmente, y que no pueden resolver sus conocimientos históricos, sociológicos y psicológicos, es que tratan de explicar, partiendo de lo general, algo particular, debería funcionar, pero no lo hace. Lamentablemente, así de cojudo es el amor... inexplicable!! Por lo demás, es un buen ensayo, pero creo que en donde realmente expones el amor es en "émulo", ¿el motivo? es que es muy visceral, como el amor.
Con la Modernidad, surge en el hombre la conciencia individual,lo que traerá como consecuencia una modificación drástica de las relaciones intersubjetivas. Esta es la principal razón por la cual la mayoría de personas en la sociedad actual se casan por afecto y/o amor. En este punto, el de la complejidad de las relaciones,aciertas, pero me parece importante también tomar en cuenta, que la subjetividad es lo que marca definitivamente el rumbo de una relación, a pesar de que siempre el entorno social pueda ser un agente bastante influyente, esta influencia se da de manera indirecta, es decir, el individuo es el que finalmente determinará la importancia y el efecto de esa influencia.
Claudia, es un buen aporte el que haces acerca de la individualidad del hombre a partir de las ideas de la Revoluvión Francesa y la filosofía Rosseau, de seguro lo tienes en cuenta. Está ya por tácito que tal situación de la modernidad es una repercusión presente en la sociedad nuestra. Tu argumento es una buena aclaración para aquellos que no han evadido tal antecedente histórico en el pensamiento occidental.
Un abrazo, Claudia; espero que sigas con tus escritos en tu blog. Tengo mucha curiosidad de seguir con posteriores lecturas secretadas de tu pluma.
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