Silencio
Es muy extraño tener que leer y sentir que alguien te susurra las palabras que estas leyendo. Se podría decir que es la voz mental que sigue la lectura como a un fetiche. Pero qué. Pues, no sé. Ahora que escribo todo está en silencio, marginando el poco ruido de mis dedos. El acto de escribir, sin ninguna exageración, es una ebullición de las ideas que surgen para flotar a nuestro alrededor. Cuando de pronto, las ves en ondas. Algunas en vavién, otras en picada y unas pocas me fusilan a quemarropa. Estas últimas son las que son plasmadas ahora. No importa mucha su condición ni su origen. Solo aparecen porque no me detengo en su exploración y su contemplación. Me vislumbran. Serpenteantes y ariscas, les doy mucho crédito. Es cierto que cuando escribo a veces hay un determinado destinatario. Otras, en cambio, nunca encuentran las ideas un destino. Solo se precipitan contra el suelo y se disuelven con el polvo.
Ahora que estoy leyendo lo poco que he escrito arriba, nuevamente alguien me susurra. No es mi voz, yo lo sé. Porque al hablar me escucho. No puedo identificar está voz. Estoy siendo presa de algun indicio de locura, quizás. Ahora mismo estoy escuchando: "Me vislumbran. Serpenteantes y...". Me encuentro muy asustado. Las ideas están desapareciendo. Y la voz cada vez se hace más imponente. Escucho lo que estoy pensando. Estoy pensando no seguir escribiendo. Estoy pensando groserías, imagenes fatales.
No puedo creerlo. Las voces perduran. Mutismo imploran... Y "yo"... aquí no me ves: una consonante y una vocal.
Ahora que estoy leyendo lo poco que he escrito arriba, nuevamente alguien me susurra. No es mi voz, yo lo sé. Porque al hablar me escucho. No puedo identificar está voz. Estoy siendo presa de algun indicio de locura, quizás. Ahora mismo estoy escuchando: "Me vislumbran. Serpenteantes y...". Me encuentro muy asustado. Las ideas están desapareciendo. Y la voz cada vez se hace más imponente. Escucho lo que estoy pensando. Estoy pensando no seguir escribiendo. Estoy pensando groserías, imagenes fatales.
No puedo creerlo. Las voces perduran. Mutismo imploran... Y "yo"... aquí no me ves: una consonante y una vocal.
Etiquetas: Relatos cortos
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