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Reminiscencias de todavía

Nunca hoy

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A Julieta la cambian por Blanca Nieves

Las relaciones básicas llegan a ser superiores cuando encuentran una identidad diferente de cualquier otra. De ahí, que los miembros de la relación etiqueten a la relación de enamoramiento, noviazgo o matrimonio. Nosotros la hemos llamado antes relación amorosa. El tiempo no es requisito para cada cual relación básica llegue a tal nivel superior, consideremos a valores superiores en tal relación. Ya habíamos tenido esto por cierto. Sin embargo, existe un riesgo pendiente aún: Al ser la relación básica superior, de valoraciones que trascendieron el margen de lo común, fija papeles en los miembros y, tales papeles, hacen indispensables las valoraciones y los afectos mutuos en la relación amorosa. Los miembros sienten, esta es una premisa consecuente de las valoraciones, reciprocidad; es decir, al haber una acción de uno de los miembros tiene que haber una reacción unívoca a la acción, en cuestión de valor. Sucede que la reciprocidad se hace calamitosa cuando los miembros le brindan espacio en todas las acciones, sin restricción. Ahí el preligro. Las acciones no pueden ser evaluadas todas en el sentido de esperar una reacción; pues algunas son insignificantes. Pero para los miembros, algunas veces, son muy importantes. El afecto y la reciprocidad, esperar la respuesta de la otra persona, se han hecho necesidades perentorias y unidireccionales. La relación ha alcanzado un punto de quiebre con las demás: es única y, por tanto, necesita de acciones únicas, en urgencia. Así lo creen los miembros. Porque las valoraciones han llegado a ser tan fundamentales que acarrean mucho afecto en su demostración (gestos, reparos, modos de hablar, comprensión, sinceridad). Aquí caemos, entonces, en el riesgo al no saber convivir con los afectos del otro miembro; pues no todos los afectos pueden encontrarse como únicos. Es más, los miembros encontraran afectos, valoraciones y sentimientos parecidos en demostración a los afectos únicos de la relación básica. A esta intolerancia (no saber convivir) por la influencia de las demás relaciones, principalmente básicas, se ha denominado y denominaremos como, los célebres: Celos. La principal consecuencia de las valoraciones de nivel superior. Es el tópico que trataremos.
En principio, los celos son una consecuencia fatal de la cuestión más inexplicable por nosotros, así quizá nos huela a cliché: El amor. Al haberse desarrollado los papeles de cada individuo, su representación es estricta. No hay otro actor para cada papel. En un inicio, al ver luz la relación amorosa, hubo un actor y, se supone, el mismo actor tendrá que protagonizar tal papel. Es ahí cuando el autoestima de los actores, los miembros en sus papeles, va ser enaltecida. Las clásicas demostraciones de afecto entre los actores tedrán como consecuencia a posibles ínfulas de ellos. No es reprobable que el papel enaltezca al actor; pero sí, que el autor cambie el guión. De pronto, ve que existen más papeles en la obra de la que es parte. El guión señala, quizá, el dejar al otro actor, o actriz, por un tiempo (Sí, sospechan en buen lugar; el guión es, en principio, la casualidad; posteriormente, es la situación de los miembros) y, asimismo, indica que existen algunos diálogos con otros actores. Pero no cualesquiera diálogos, sino algunos que tomen elementos –los miembros pensaban estrictos sus papeles (son las valoraciones que habíamos señalado anteriormente). El amor vincula fuertemente a las acciones y a los actores. Los miembros experimentan fastidio e intolerancia, porque ya se habían demostrado, mutuamente, correspondencia única y, con ello, habían exaltado sus papeles. El ser humano es artifíce de su individualidad; así este condenado a considerar a los demás, la misma relación amorosa lo ha hecho un poco egoísta. Le ha dado un papel o un lugar que es suyo; exclusivamente suyo. Por ello, finalmente, el amor suscita los celos.
Los celos son esa manifestación de fastidio. Es propio del amor mismo. Ahora bien, para ir avanzando con nuestro tratamiento, los celos pueden encontrarse exagerados. Hace algunas líneas habíamos afirmado que la autoestima es exaltada mutuamente entre los miembros. No obstante, ya habremos colegido que la autoestima, autovaloración individual, se inhibe en la relación. Aclaremos, entonces, que la autoestima ya existía antes de la relación amorosa. Por tanto, cada individuo se valora a sí mismo en un grado diferente. Por ello, lo celos también obedecen a las características de los individuos, en general en todas las relaciones básicas.
A esta idea, le es siguiente otra: los celos se deforman cuando la autoestima de cualquiera de los miembros cae en exageración. Cuando alguien, en primer lugar, se desestima –autoestima baja– ocurre que no tiene fe en sí mismo. Ergo no va estar seguro del papel que realiza. Tendrá miedo de otros actores; pues piensa que otros actores sí podrían estar seguros del papel que tiene tal actor. Pero este miedo no se manifiesta como el de alguien indefenso y desapropiado de autoestima; sino de alguien fuerte para muchos otros actores. Este es el caso más frecuente. Tiene su explicación en otro tópico: Elección de los miembros’. Ahí ocurre el fastidio imponente en la relación; dicho de otra manera, el miedo se hace coloso y crea problemas en la relación. Los desacuerdos, las discusiones, las exageraciones, las desconfianzas hacen tambalear la relación amorosa (efecto trágico de los celos). Cuando alguien, en segundo lugar, se estima demasiado no tiene siquiera por qué considerar a otra personas que no sean ella misma. Por lo tanto, jamás se preocupara por la influencia de otros actores sobre su papel. Los celos no parecen existir en este individuo hasta que llega el actor que afecte directamente a él. No al otro miembro, sino a él. Alguien que ha sido capaz de negar el éxtito del sobreestimado. Los celos se presentan enfermizos y descabellados porque no parecen tener mayor peligro para el papel del sobreestimado en su relación amorosa. Es ahí, reconozcamos, que se suscita la competencia por el ego despilfarrado. Celos deformados por no tener dirección en su presunto origen que fue el amor al otro miembro; sino por tener su dirección hacia el amr a sí mismo.
Sin embargo, para los extremos existe el medio. Siempre los miembros tratan de ir hacia él. Así como, siempre caerán en los extremos. La estancia en los extremos debe ser breve. ¿En qué consiste el punto medio de los celos? Es la manifestación natural del amor al otro miembro y el amor al propio yo, autoestima (a grandes rasgos ya como conclusión de lo esgrimido). Pues, cabe recordar, la relación amorosa va corresponder a los miembros pero no los va eliminar. Siempre van existir por separado y habrá ese afecto por sí mismos. Que aparezcan contendores no es exageración. Tampoco que compitan. Pero sí que intentan hacer de la competencia un gran acontecimiento. La competencia debe ser latente, sin mucho revuelo y con honestidad. Asimismo, la preocupación por el otro miembro debe ser efecto de lograr la comprensión de ambos. Y no los desacuerdos. Tender hacia el punto medio implica todo lo señalado en este párrafo. Para terminar, el fastidio siempre existirá en la consciencia y el pensamiento de los miembros, lo importante es que este se convierta cariño cuando depuremos la situación: "El final de la relación amorosa llegara así hayan celos o no y la eternidad de la relación amorosa llegara en el punto medio, con algo de fastidio pero con mucho de idilio y sueños“".
–––––––––––––––––––––––––––––––––
Los individuos actualmente se sienten atraídos por otros, entre otras cosas, porque los encuentran especiales. Desde luego, si un individuo va corresponder a otro, el individuo verá al otro como alguien difrente los demás individuos, en principio. Todo esto ya es otro asunto más delicado.
’’Acotación resultado de nuestro romanticismo para con el tema; después de haber tratado el tópico imparcialmente. No nos culpemos por ello.

  1. Blogger Melpóneme Erato | 5:17 p. m. |  

    "Juntos pero no revueltos", esa frase sería muy apropiada para resumir el tema de tu ensayo porque la individualidad de cada uno de los miembros de la relacion amorosa es la base sobre la cual esta se construye. El hecho de que hayas introducido la importancia de la autoestima me parece algo notable en el texto. Pero, aparecieron unas dudas mientras lo leía: ¿Cómo podemos explicar los celos de una persona que no posee papel alguno, que es uno de los "extras" de esa "puesta en escena"? ¿Podemos llamar a esos celos, "celos de amor"? ¿Es posible el enamoramiento sin que la persona amada acepte ser la otra mitad de la naranja? Ojalá puedas responder estas preguntas.

  2. Blogger Jol | 8:47 p. m. |  

    Antes que nada, permiteme agradecerte por la intervención, no vayas a pensar que estamos en un congreso –en fin. Hay algunas aclaraciones que hacer en cuanto a el "papel" de de los actores. En principio, observa cada papel como la vida de cada uno de los individuos. Porque cada uno de nosotros, desde el inicio de nuestra existencia, se encuentra indefectiblemente en un contexto social. De ahí, que la vida es una actuación con los demás. El guión es el recorrido a realizar por nuestra experiencia. Claro, podríamos hablar de un guión; por tanto, ¿el recorrido acaso está escrito? A diferencia de los guiones comunes, creo que no. Más bien cada de uno de nosotros somos los escritores (una premisa más en el cual descansa mi agnosticismo) (Aunque, vaya, varias veces asevero que el escritor es alguien de la caverna). En tal sentido, no existen extras(si existen estras serían los muertos). Esto solo para aclarar los términos de mi tesis.

    Muy aparte, encontramos, con tu oportuno comentario, una duda que no tienen vínculo con el papel en sí salvo la inferencia de haber creído que el papel es la actuación que desempaños en una relación básica. Entonces, concluyo que tu duda –más bien– puede parafrasearse en la siguiente interrogante: ¿Cómo podemos explicar los celos de una persona que no se encuentra ligado a una relación amorosa? Ídem: ¿Siento celos por un chico que no es mi enamorado? (en términos aborígenes de nuestro protocolo juvenil). Ahí el punto, creo yo. Ocurre que el individuo se siente ligado de alguna manera a esa persona por la cual tiene celos. Por ello, es que los humanos somos siempre furtivos y engañosos. En mi manifiesto, tan solo me he limitado por defender una tesis que está iluminada por las luces de lo más identificable, otra aclaración. Volviendo a la pregunta parafraseada, el individuo se encontraría en un conflicto meramente interno, algo propio de la psicología. Al añorar tanto a una persona que no se encuentra ligada verdaderamente a él, podríamos caer en un transtorno psicológico llamado obsesión.

    No sé si serían celos de amor, respodiendo a la otra pregunta; pues el individuo se encuentra convencido que son tales, pero un observador externo puede decir que no lo son. Estaríamos al frente de un problema. En todo caso, la respuesta a esa pregunta solo sería hipotética: Si, el amor es entendido como algo muy propio del individuo, entonces son celos de amor; si, el amor es entendido como algo que deben dar cuenta al escenario de todos los actores, entonces no es amor. Ya que observaríamos a ese sentimiento sin ninguna evidencia alguna o con poca evidencia.

    Para finiquitar, la pregunta que resta, fácilmente puede ser resuelta al deducir lo anteriormente planteado (Es una pregunta muy parecida a la anterior). En el pensamiento popular, la respuesta sería: Claro que sí. Pero si atendemos a un pensamiento más escrupuloso, la respuesta es sí y no. Esto ya atañe, con toda seguridad, al espacio realativo de la personalidad de una persona. Los cintíficos solo pueden elaborar paramétros a los cuales los individuos se pueden acoplar. No me es posible brindar, en este momento, una respuesta certera a la duda en sí. Convengo en que incluso para los especialistas es severamente inasequible, tal pregunta. Reitero mis agradecimientos, espero encontrarte en este espacio o en el tuyo pronto. Musa ¿Aún de Apolo?

  3. Anonymous Anónimo | 1:02 p. m. |  

    Me alegra que hayas optado por describir un poco el papel trascendental de la individualidad de los miembros de una pareja. El tratamiento que le das a los celos, tiene un enfoque, indirecto pero reconocible, de algunas teorias de Freud sobre la idealización de la pareja y la relación de la autoestima en ella. Es remarcable que hayas hecho referencias a este aspecto de la personalidad de los individuos, y me alegra también que le hayas dado el enfoque sociológico de la puesta en escena (los términos de reciprocidad, roles y papeles me entretuvieron bastante).

    Aún así, el término de la "relación única", debido a las valoraciones de los afectos y las correspondencias de cada uno de los miembros en la relación, es un paso bastante grande que, en cierta medida, hace a un lado los enfoques meramente científicos que se le puede hacer a este tema. Le da un nuevo estilo y una nueva visión a tus ensayos.

    Personalmente, estoy de acuerdo con los enfoques que le das al "problema". Irónicamente, este escrito ha encontrado su punto medio, tal y como tu frase final lo indica.

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