Yo, pared y nadie menos.

Me traje aquí caminando y tumbándome en el pasto. Al frente mío, algo estaba de pie y yo lo vi; al mirarlo, lo construí. Una pared blanca que rompía el plano de su superficie al levantarse de sí una columna y yo lo imitaba al levantarse de mí una premura. Eso concluí. Todo ahora era mudo y era el mejor oyente, me escuchaba a mí mismo y distinguía sonidos deordenados en palabras desordenadas en significados confundidos, por no saber qué dirección tomar y a qué diccionario o de qué vocablo entrar o salir. Pienso algunas veces que escribo como si me moviera un, ¿el?, instinto y no un grupo de razones importantes para los otros. Los otros son ustedes y el otro eres tú que por veces eres yo y que por otras somos nosotros, porque esto se reescribe tal como está cuando se lee y, tal vez, se siente, sientes.

La pared... si tuviera facciones, las mostraría inmóviles pero con el tesón de desteñir su color blanco y dibujar una expresión y formar una boca gracias a un par de mandíbulas, y mostrar un aliento, darlo. "Gracias", gracias le expresaría y seguirían estas palabras confundidas, fingiendo que una pared puede hablar y mostrándome a ti. Alguien dibujada, dibujado por no sé qué, pero leyendo al tiempo que preguntando sin alzar la mano; más bien, tomando una mano con agua para llevarse el líquido inasible al carajo.

This entry was posted by Jol, on 3/27/2008. You can leave your response.