Abordando el microbus o perreando el microbus.
"Machucando, machucando, machucando, machucando..." , "Como un animal, como un animal, canino maldi"; son las letras de porquería que no dejan a uno dormir en el microbus, más conocido como el microbio, solemne hacía mi destino. Me pasó ayer, y cada vez que tengo que hacer uso de algún medio de transporte motorizado, sí adicionó hasta a los famosos mototaxis. Aunque hay veces en las cuales las letras van acorde con la dinámica que uno realiza: como la de ayer, machucando, machucando... mientras yo me encontraba respirando el hálito, también el fragante sudor, de cuanta persona presente a mi alrederor; aplastándome y machucándome. Realmente, cada vez que reflexionó, reafirmo la propiedad que tiene el reggeaton en las unidades de transporte público, o púbico, nacional. Además sirve de gran estimulador para todos los, fieles devotos de los espacios cerrados, salaces pasajeros. Para todas las distinguidas damas tal estimulación es desagradable, pero igual algún fin persiguía el solemne reggaeton. La asquerosidad y pobreza de las letras es desmedidamente insultante para todos los accdidentales oyentes de este género que cada vez está como Dios, omnipresente. Sí, esa música parece persiguirme no existe escapatoria alguna -voy a visitar la iglesia más seguido-, infaltable en cualquier celebración -ojala en la iglesia respeten las alabanzas-; en fin, siempre la tolerancia tiene que detenerme antes que escupa bilis y padezca de paranoia crónica. Así santificaré las pascuas de los domingos para no tener que abordar más seguido los microbuses de mie...s.
leave a response