<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d30270598\x26blogName\x3dReminiscencias+de+todav%C3%ADa\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://reminiscenciasdet.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_PE\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://reminiscenciasdet.blogspot.com/\x26vt\x3d5009187038930754104', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Reminiscencias de todavía

Nunca hoy

« Home | Next »

La historia de un examen de historia

Termina el día y ya me encuentro algo aliviado de la pobable debacle, si es que no aprobaba iba a probar toda la hiel escupida por mi derrota ...

El cielo se encontraba gris garabateado de nubes, con ese matiz solo proscribía mi esperanza. Anduviendo por la avenida central de la universidad, con paso ligero. La universidad estaba como siempre: la forestación, las veredas algo húmedas, los estudiantes en su vaivén. Llegó al aula programada para el encuentro con el sujeto que me iba aprobar o desaprobar (sí el mismo que también dicta el curso). Pero, mi suerte se va de bruces cuando el sujeto estaba ausente, pues degustaba posiblemente de una exquisita gourmet; mientras yo había degustado un platito casero. Pasaba el tiempo rocinante ante mis sentidos; yo estaba algo perturbado por la espera, pero tal estado hacía que me porfiara de más tranquilidad. Después de que el tiempo recorra hora y media en el espacio, el sujeto apareció. Nosotros, que son mis compañeros y yo, nos dirigmos rápidamente al aula, ya que habíamos estado preparándonos en las afueras del aula. El tiempo era todo un atleta no iba a deternerse seguía hasta los 30 minutos planos; hasta que llegó a la meta, a mi turno.

- Profesor buenas tardes-dije enfáticamente y presto.
- Buenas tardes, tome asiento-dijo el sujeto-. Escríba su nombre y apellido, entregadome una especie de ficha que contenía un recuadro para definir la calificacíón final del curso.
- Sí profesor-con algo de inseguridad en mi tono, tal vez los nervios ya trepaban hacia mi disfuerzo.
- Bien, de que quiere hablarme- profería con un gesto algo cansino ya por el atletisímo tiempo.
- Vengo a hablarle acerca de las ideologías-dije-aunque fácilmente le hablaba de las ideotologías que padecía su curso.

Estuve gesticulando, y mordiendo las palabras; mientras el sujeto escuchaba y me hacía fugitivo de su mirada.Tratando de no titubear, ni dejar ninguna sandez al aire, prosiguía con las "ideologías de los incas". Su ceño fruncido rebosaba de grandes gotas de sudor, seguro algo mefíticas, porque la comida gourmet tiene sus excentricidades. Con mi farfullada incompleta.

- ¿Qué sucedió en la sublevación de Tupac Amaru II?- dijo el sujeto con la voz altisonante-.

Que caraj... iba a saber yo, solo había venido con las ideotologías en la cabeza. Tenía entonces que divagar al sujeto con algunos rumores que había escuchado antes. El sujeto oscilaba verticalmente su cabeza al oírme y, bueno, yo estaba algo ya más petrificado y tranquilo en el individual.

- ¿Cuenteme acerca del libro de Klarén?- profirió el sujeto provisto del tono algo seco.

Ese libro sí lo había terminado; podía estar tranquilo comentadolé acerca del capítulo colonial y todas sus implicaciones con los incas, sí más banalidades de nuestra historia. En fin, el tiempo de mi examen dejó su carril; yo ya estabas feliz, pues el sujeto se había compadecido de mis farfulladas. El sujeto transcribió la nota aprobatoria y mis entrañas ya podían dejar de centellar en mi interior. La historia del examen de historia ya es historia.

leave a response

Powered By

Powered By BloggerCreative Commons License